¿Es la sociedad la que controla la tecnología o nos controla ella a nosotros?

A lo largo de la historia, hemos sido las personas las que controlamos el desarrollo tecnológico, orientado a mejorar nuestras vidas y nuestro bienestar. Pero, ¿Sigue siendo así? ¿Sigue siendo beneficioso este desarrollo tecnológico? Es interesante observar los distintos puntos de vista que existen alrededor de este tema. El desarrollo tecnológico desde el principio de los tiempos ha facilitado la vida de las personas, desde avances en la educación, medicina, transporte, y en definitiva, ha estado presente en todos los aspectos de la sociedad.

Han sido muchos los beneficios que nos ha aportado la tecnología, pero también hay que pararse a pensar en que nos ha perjudicado, ya que como dicen muchos expertos “no toda innovación es progreso”. A continuación se tratarán una serie de temas en los que este avance tecnológico, incluyendo también las redes sociales, ha cambiado nuestra forma de pensar y ha repercutido en diferentes aspectos de nuestra personalidad. Este artículo se centra en las desventajas de este desarrollo, debido a que los beneficios son claros y han sido defendidos y tratados por un gran número de personas y en diferentes medios, pero cuesta darse cuenta de lo que hemos perdido.

Las redes sociales

Para empezar, se abordará la repercusión que han tenido las redes sociales en la sociedad de hoy en día. Antiguamente, a una persona se le consideraba un referente para el resto, porque había conseguido alguna aportación para el mundo, como por ejemplo, los descubrimientos científicos de Albert Enstein, la literatura de William Shakespeare, en definitiva son personas que han generado un verdadero valor para la sociedad. Detrás de estos referentes, existen años de esfuerzo y dedicación, que finalmente tuvo su recompensa. En la actualidad sigue existiendo gente de este nivel, pero no tienen la notoriedad y el prestigio que se merecen, debido a que el término de referente ha cambiado. Ahora todo se mide por el número de seguidores que tienen en las redes sociales, el número de visualizaciones, la cantidad de dinero y los lujos de los que presumen. Estos son los nuevos referentes, da igual lo que hayan hecho, y si han creado valor para la sociedad o no. Como vamos a fomentar la educación de calidad, si las nuevas generaciones ven un camino más fácil a través de las redes sociales, teniendo mayores beneficios que un ingeniero, un médico, o cualquier profesión que requiera de un gran esfuerzo.

La creatividad en peligro de extinción

Las nuevas tecnologías entorpecen el desarrollo de la creatividad y nos hace ser más sedentarios. Este problema afecta sobre todo a los más pequeños, que tienen la solución a casi cualquier tipo de problema a un “click”. La educación en esta área es esencial, hay que enseñar a utilizar herramientas tecnológicas de manera correcta, para fomentar la innovación y que los alumnos piensen más, que reflexionen sobre diferentes temas y obtengan sus propias conclusiones. Al final la manera de pensar de cada uno está manipulada e influenciada por toda la información que se lee a diario sin tener clara su veracidad.

Las relaciones personales

Por último, las relaciones personales también se ven afectadas. Cada vez más existe una falta de comunicación entre las personas, acostumbradas a tener una conversación detrás de una pantalla. ¿Cuántas veces han estado en una reunión de amigos o familia sin tener ningún tipo de conversación por estar con el móvil? Seguro que han sido muchas las veces que han pasado por esta situación, y todo por culpa de la dependencia que tenemos a estos dispositivos. Perdemos una gran cantidad de tiempo, viendo perfiles, y pasando páginas y páginas sin ningún sentido, cuando podríamos estar leyendo un libro o manteniendo una conversación con otra persona. Es por esto que la tecnología es nuestra principal fuente de distracción. Nuestra capacidad de atención ha disminuido notablemente teniendo que echar un vistazo ya sea al móvil o al ordenador, cada 20-30 minutos perdiendo la concentración de lo que estábamos haciendo.

Como conclusión, es necesario tener el control sobre el desarrollo tecnológico que estamos viviendo, y aun más importante, tener claro las ventajas y desventajas de este cambio. Hay que pararse a pensar si todos estos avances merecen la pena. En algunos casos me pregunto si hemos mejorado nuestra calidad de vida o la hemos empeorado ¿Podríamos llegar a una recesión tecnológica?¿En que aspectos podríamos mejorar?